viernes, 19 de junio de 2009

Nunca te dije (2)

Nunca te dije ni te diré que cuantas excusas puse para dejar de verte, que cuanto hice para que me odiaras y fueras tú quien pusiera todo de su parte para no volver a encontrarnos lo producía simplemente el miedo a parecer soberbio, prepotente, snob, al decirte que , por muy a gusto que estuviera a tu lado, odiaba que no leyeras, que no vieras buen cine (o lo que yo considero que es buen cine), que escucharas a esos lamentables grupos de quinceañeras incultas, que sospechaba que llegaría el día en el que tratara de hablar contigo sobre algo y simplemente me encontrara con tu cara estupefacta, con unos ojos que dijeran “no entiendo ni una palabra de lo que estás diciendo”, o peor aún, “ya es demasiado tarde como para conseguir que ese tema que tanto te preocupa llegue siquiera a interesarme”.

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